Reseña de LAS ESCALOFRIANTES AVENTURAS DE SABRINA (2018 – 2020) – creador: Roberto Aguirre-Sacasa | Temporada 1 – 3.

(A buenas horas llego yo con esta reseña de una serie que se estrenó hace 2 años en Netflix, todo sea dicho)

Previamente a la visualización de esta gótica y tenebrosa serie, las únicas referencias con Sabrina Spellman eran las series Sabrina, la bruja adolescente (1996 – 2003) (o Sabrina, cosas de brujas como la conozco yo) y Sabrina: la serie animada (1999 – 2000), y he de admitir: que ambas me gustaban bastante. Son “series de infancia” aunque no fueran las que con más frecuencia veía. La banda del patio (1997 – 2001), Las Supernenas (1998 – 2005) y Art-Attack (con Jordi Cruz) lideraban en mi televisión de tubo del cuarto de los juguetes siempre que conseguía encontrarlas en emisión. Por lo tanto, aunque haya tardado en ver Las escalofriantes aventuras de Sabrina en su versión renovada y terríblemente adolescente, por fin la he visto. La reseña estará dedicada a las 3 primeras temporadas, ya que la última y cuarta temporada aún no se ha estrenado (spoiler: se estrena el 31 de diciembre de este catastrófico 2020). Desde aquí quiero dar las gracias a Netflix por permitir una temporada para finalizar y cerrar la serie antes de cancelarla de golpe y para siempre.

Hay muchos aspectos que me han encantado de esta nueva serie y otros muchos, que por más que lo intente, no consigo entenderlos. La estética general creo que es más apropiada (que las anteriores versiones), ya que la historia de las brujas y su relación con Lucifer es algo oscuro y tenebroso, y va todo bastante acorde. Los detalles de la ropa, de la ciudad y la funeraria de las tías Spellman son ingeniosos y de agradecer, visualmente hablando. Algunas tramas que se van desarrollando a través de las 3 temporadas están bien, son entretenidas y captan tu atención, pero hay otras… que se hacen eternas.

Bajo nuestro punto de vista, si dentro del capítulo de 1 hora aproximada de duración le quitamos las tramas secundarias que no aportan nada a la principal más que molestar, los silencios dramáticos que hay entre frase y frase, y algún que otro numero musical: nos quedarían unos capítulo de unos 25 minutos llenos de intriga, aventuras y emoción. En resumidas cuentas: los capítulos exceden en tiempo y desespera a una consumidora de series ágiles en cuanto a ritmo y con una trama que esté bien planteada. En más de una ocasión he sentido la necesidad de darle a la tecla ⏩ para ir agilizando el asunto, porque era eterno las vueltas que daban en algunos momentos cruciales. De hecho, me ha dado la sensación, que hay capítulos que literalmente están de relleno y que no interfieren en lo importante de la temporada, y odio que me hagan perder el tiempo, porque ya que no sirven para nada: pues que me entretengan un poco (pero es que ni eso).

De entre los personajes destaco a las tías Zelda y Hilda Spellman, Prudence y Ambrose, a pesar de que es la humanización del conocido Salem, porque esa es otra. Salem, el gato parlanchín de las series 2 mileras mencionadas y que cantaba “Soy minero”, en esta nueva adaptación: dice miau y de milagro. A pesar de que Ambrose me gusta mucho como personaje, no me vale que el gato no hable. Aunque para parlotear ya está el personaje de Sabrina Spellman: todo lo sabe, todo lo contesta y a todo se tiene que apuntar, en ocasiones resulta un tanto cansina y pedante. Se me quedan cosas en el tintero, pero por hoy está bien.

Ha costado terminar de las 3 temporadas, en mi humilde opinión se podría dejar así, pero reconozco que me intriga saber como se va a desenlazar las tramas que están por cerrar. Nos vemos en año nuevo para seguir hablando de cosas de brujas.

🌕🌕🌗/5

¿Qué rasgos nuevos que aporta esta nueva adaptación de Netflix te gusta en comparación con la serie de los 00’s mencionada? Te leo en comentarios (sin spoilers, gracias)