Reseña de MANK (2020) – David Fincher.

Por fin los cinéfilos amantes de las plataformas de streaming y los amantes de David Fincher podemos sonreír tranquilos después de haber visto la nueva película del desaparecido director (por lo que sabemos llevaba 4 años sin dar mucha señal de vida). Netflix: nos das una de cal y otra de arena, uno no se puede despistar ni un momento.

La película en sí misma llama la atención por los cuatro costados, ya que volvemos al formato blanco y negro dentro de un mundo saturado de color y estímulos. Nos trasladamos también al cine clásico de entre los años 20 y 30 con la novedad del sonido, el partido socialista nazi que se oía muy de lejos y un reparto asombroso. Asombroso por el actor protagonista, el querido y conocido Gary Oldman, que no podemos evitar admirar por toda su trayectoria dentro del cine, interpretando personajes icónicos y difíciles de olvidar. En esta película (que es de lo que venimos hablar) está sublime: agudo, ingenioso, vivaz, sarcástico, sagaz… se lleva de calle las miradas de todos los espectadores que tengan el placer de disfrutar de Mank (2020). Al mismo tiempo, como olvidarnos de nuestra querida Amanda Seyfried, hipnótica y brillante como una actriz de Hollywood de la época, y de Lily Collins que, gracias a su caracterización y nueva voz de doblaje, hemos tardado algo de tiempo en reconocer.

La película relata en 2 líneas temporales por una parte la creación del guion de la película Ciudadano Kane (1941) en tiempo presente (tras el accidente del guionista Herman J. Mankiewicz) y por otro lado en formato flashback el mundo del cine y Hollywood en su máximo esplendor. Dejo esto aclarado porque hasta que no pasó un rato no sabía que estaba viendo, y dicha aclaración temporal me hubiera gustado saberla de antemano para situarme. No cuesta entrar en la trama, pero con la aclaración hecha: yo me quedo más tranquila. En cuanto a lo personal, no he visto aún la película de Orson Welles, la tengo en pendientes, y a lo mejor este dato hace que la película la vea sin ningún tipo de referencia previa (no es ni bueno ni malo).

El guion de la película (escrito por el padre del director antes de morir) es brutal, dicho mal y pronto, pero es que me resulta soberbio como las frases y el ritmo de estas va picado casi a un tempo vertiginoso. Es una característica (supongo) del cine de la época, los personajes apenas se escuchan para dar la réplica, pero entras en ese juego fácilmente. Las películas que cuentan la historia del cine, el making off de un rodaje o temas similares me fascinan, adoro ver cómo funciona la industria del cine desde dentro. Gracias por hacer una película que me despierte de nuevo la ilusión por ver (y reseñar) cine que merezca la pena.

«En este negocio, el cliente no recibe nada a parte de un recuerdo. Lo que compra sigue perteneciendo al vendedor, esa es la auténtica magia de cine. Que nadie os diga lo contrario...» - Louis B. Mayer (interpretado por Arliss Howard)

🌕🌕🌕🌕/5

¿Qué otras películas con temática de cine conoces que debamos ver? Te leo en comentarios.